La problemática de la contaminación en los ríos mexicanos ha generado un llamado urgente a la implementación de plantas de tratamiento para mejorar la calidad del agua. El río Atoyac, uno de los más afectados, recibe descargas industriales y municipales que incumplen las normativas de calidad. Las industrias textiles, especialmente, han sido señaladas por arrojar aguas residuales sin tratamiento adecuado, lo que representa un grave peligro para el ecosistema.

La Norma Ambiental de calidad de descargas, que se actualizó hace dos años, establece que todas las empresas que descargan al drenaje o cuerpos de agua deben contar con plantas de tratamiento. Esto es fundamental para evitar la contaminación y asegurar la sostenibilidad de los ríos, como parte de un esfuerzo coordinado entre diferentes autoridades, como la Profepa, la Conagua, y los gobiernos locales.

En este contexto, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y los gobiernos de Hidalgo, Puebla y el Estado de México trabajan en conjunto para identificar las fuentes de contaminación y establecer medidas para su control. Las descargas de aguas negras no tratadas también se abordan mediante la construcción de infraestructuras adecuadas para llevar el agua a las plantas de tratamiento.

El trabajo es arduo y requiere inversión, pero es esencial para garantizar la salud pública y la conservación ambiental. México no solo es la doceava economía del mundo, sino también un país con un compromiso urgente para mantener ríos sanos, vitales para las generaciones futuras.

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