En la primera quincena de enero de 2025, la inflación anual en México descendió a 3.69%, marcando el nivel más bajo desde febrero de 2021. Este dato, reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sitúa la inflación dentro del objetivo del Banco de México (Banxico), establecido en 3% con un margen de ±1 punto porcentual.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró un incremento quincenal del 0.20%, el más bajo para este periodo desde 2019. Por su parte, la inflación subyacente, que excluye productos agropecuarios y energéticos, tuvo un aumento anual del 3.72%, con alzas del 2.75% en mercancías y del 4.82% en servicios.

La inflación no subyacente, que abarca precios más volátiles, cayó a 3.60%, influenciada por una reducción del 6.11% en frutas y verduras, aunque los energéticos y tarifas gubernamentales subieron un 0.70%.

Analistas económicos, como Gabriela Siller de Grupo Base, prevén que Banxico podría recortar la tasa de interés en 50 puntos base en su próxima reunión. Sin embargo, advierten riesgos asociados a la inseguridad pública, la volatilidad del peso mexicano y posibles disrupciones en las cadenas de suministro.

Este descenso inflacionario no solo refleja estabilidad económica, sino que también impacta las finanzas personales y corporativas, ya que una inflación elevada afecta el poder adquisitivo y eleva los costos operativos. Mantenerse informado sobre estas variaciones es clave para mitigar sus efectos.

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