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Según Lozoya, el propio Peña Nieto le pidió que se coordinara con Roberto Padilla Domínguez, Secretario Técnico del Gabinete para contratar desde Pemex a un fotógrafo que retrataría los eventos del Presidente. El ex director de Pemex afirma que le pidieron un contrato de entre dos y tres millones de pesos mensuales. Una cifra muy abultada para los servicios de un solo fotógrafo.
Ese dinero, dice, en rigor se utilizaría para financiar la construcción de una casa secreta para Peña Nieto en el Edomex. Esa casa, según afirmaba Padilla Domínguez, tendría un "Museo del Presidente", un espacio que sería decorado con los recuerdos más relevantes del sexenio. Y en ese domicilio se retiraría EPN una vez que concluyera su mandato.
Desde luego, la construcción de esa casa quedaría en manos de Juan Hinojosa, el dueño de Grupo Higa, la famosa constructora cercana a EPN que quedó envuelta en la famosa causa de la "Casa Blanca".
Lozoya recuerda que Pemex pagó aquel sueldo millonario para el fotógrafo hasta que la contraloría observó ese contrato por inconsistencias. Para entonces ya estaba construida la casa, pese a que nadie conocía su ubicación exacta.
El ex director de Pemex denuncia entonces que Antero Rodarte, la persona que manejaba el efectivo del Presidente, le comentó "en estado de ebriedad" que estaba "hasta la madre" por lo poco que le pagaban, mientras él mismo se tenía que encargar del resguardo de las maletas llenas de fajos de billetes en la bodega del "Museo del Presidente".
Siempre según la denuncia de Lozoya, Peña Nieto no sólo escondía dinero en esa bodega. También recuerda que volviendo de una gira por Veracruz, el Presidente celebró arriba del avión oficial -en presencia de su comitiva- por el lujoso regalo que había hecho Javier Duarte: una Ferrari.
"Días más tarde, el propio Antero Rodarte, me comentó que el Ferrari ya se encontraba en la misma bodega del Museo del Presidente", dando a entender que se trataba de una suerte de refugio para el botín de EPN.