¡Síguenos!Al describir cómo sería la vida sin el Tratado de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN), a algunos grupos empresariales solo les ha faltado predecir una plaga de langostas.
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Sin embargo, al escuchar a los máximos ejecutivos estadounidenses, el posible colapso del marco comercial del continente no suena tan aterrador.
En momentos en que las negociaciones sobre una remodelación del pacto se extienden a su séptimo mes, a los ejecutivos se les pregunta en conferencias telefónicas sobre resultados y en encuentros cómo les iría a sus empresas en caso de un colapso. Palabras como "bien posicionado" y "manejable" siguen apareciendo en sus respuestas.
Fiat Chrysler ya ha dicho que trasladará la producción de camionetas Ram de carga pesada de México, y no a una nación asiática de bajo costo, sino a Michigan.
La medida ha sido interpretada como una protección contra el retiro de Estados Unidos del TLCAN. También es el tipo de resultado que el Gobierno del presidente Donald Trump ha estado pidiendo, en su intento por traer las fábricas de vuelta a casa.
“Presencia’ en EU
Compañías desde el fabricante de vehículos todoterreno Polaris hasta el proveedor de autopartes Lear han sugerido que podrían hacer lo mismo, mencionando a menudo los recortes tributarios de Trump como un incentivo adicional.
"Muchos de los negocios que existen hoy en México existieron mucho antes en Estados Unidos", detalló el máximo ejecutivo de Lear, Matthew Simoncini, el 26 de enero.
"Tenemos una presencia en Estados Unidos que podría absorber esos negocios si tuviera lógica". Desde luego, los ejecutivos podrían estar minimizando los riesgos, para calmar a los inversionistas, o para ponerse del lado correcto de Trump: el presidente tiene un historial de reprender a los jefes por los trabajos en el extranjero.
Los economistas advierten que, a más largo plazo, las empresas estadounidenses aún podrían elegir países de bajo costo para la producción posterior al TLCAN, frustrando el objetivo del presidente de reequilibrar el comercio.
Un número creciente de empresas en Canadá y México ni siquiera se molestan en completar la documentación que les daría derecho a utilizar los aranceles preferenciales del TLCAN cuando envían bienes.