El suministro de misiles ATACMS a Kyiv eleva la tensión global y redefine el conflicto en Europa del Este.

En un giro significativo, Estados Unidos ha autorizado el envío de misiles de largo alcance ATACMS a Ucrania, lo que permitirá a Kyiv realizar ataques más profundos en territorio ruso. Estas armas, con un alcance de hasta 300 km, ya han sido utilizadas en operaciones clave, como en Crimea. Según la Casa Blanca, esta decisión busca fortalecer la defensa ucraniana frente a la agresión rusa, pero Rusia ha calificado esta medida como una escalada peligrosa que podría tener consecuencias catastróficas.

Funcionarios rusos, entre ellos Andrei Klishas y Vladimir Dzhabarov, advirtieron que estos ataques podrían derivar en un conflicto global. La tensión ha aumentado, con Moscú señalando que tomará medidas proporcionales ante cualquier amenaza a su territorio.

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó anteriormente que cualquier uso de estas armas contra Rusia sería visto como un ataque directo, alterando la dinámica del conflicto. Por su parte, analistas occidentales indican que, aunque los ATACMS representan un avance tecnológico significativo, su impacto en el frente dependerá de su implementación táctica y de la capacidad de defensa rusa.

La situación en Ucrania se encuentra en un punto crítico, con actores globales atentos al desenlace de este nuevo capítulo de la guerra que amenaza la estabilidad internacional