¡Síguenos!El calor y la mascarilla no son fáciles de combinar pero su uso no sólo es obligatorio por la normativa sino que también es recomendado por la ciencia para prevenir el contagio por coronavirus. Se tiende a pensar, además, que el uso de la mascarilla está trayendo consigo alteraciones bucodentales, como mal aliento, sensación de boca seca, manchas en los dientes…
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Nada más lejos de la realidad. El Consejo General de Dentistas se muestra tajante y afirma que no hay evidencia científica que demuestre la relación entre el uso de la mascarilla y la aparición de patologías orales.
Así lo explica Óscar Castro Reino, presidente del consejo, quien explica que el oxígeno se filtra perfectamente a través de la mascarilla y no provoca desequilibrios en la flora bucal ni ninguna alteración. “Una mascarilla cuanto mayor poder filtrante o más densa sea produce más aspiración del aire espirado. Es decir que estamos en un ciclo nariz-boca y suponiendo que no tengas el coronavirus, que en muchos casos se presenta con anosmia -pérdida de olfato-, lo único que se exacerba es la sensación de mal olor de boca, denominado halitosis”.
Descuidos en la higiene bucal
Es probable que ese mal olor estuviera ya presente y no hubiese sido detectado antes del uso de la mascarilla. “Al llevar la mascarilla, una parte del aire que exhalamos queda durante un mayor tiempo en contacto con nuestro sistema olfativo. Por ese motivo, algunas personas piensan que han desarrollado ahora este problema, cuando lo cierto es que ya lo padecían antes de llevar la mascarilla pero no lo habían detectado”, dice Castro.
Puede producirse también que el uso de mascarillas lleve a un descuido en la higiene bucal, lo que aumentaría también la aparición de halitosis por el aumento de bacterias. “Ahora más que nunca es cuando hay que tener una buena higiene oral”, ya que no hay que olvidar que la vía de entrada del coronavirus son las mucosas y la boca.
Puesto que la causa de la aparición de la halitosis puede responder a la presencia de caries, a un problema de apiñamiento de los dientes, a sinusitis, a patologías digestivas, o al hecho de ser fumador o bebedor frecuente, lo más importante es acudir al dentista para tratar el problema.
Pero, además, mantener una boca sana y acudir a la consulta del dentista ayudan a prevenir la aparición de patologías más graves que pueden dar lugar a la afectación de cualquier pieza dental y, por tanto, a un diagnóstico temprano: “un simple empaste puede pasar a una endodoncia o a una extracción. Más vale prevenir. Por eso no conviene descuidar la higiene dental”
¿Cómo cuidar la salud bucodental?
No hay que olvidar que por lo menos hay que cepillarse los dientes dos veces al día con pasta dentífrica fluorada, aunque lo más conveniente es realizarlo tres veces al día después de cada comida. Además es necesario utilizar hilo dental para limpiar los espacios interdentales y enjuagarse con colutorios. ¿Qué otras medidas hay que realizar? Castro añade que conviene:
-Realizar una alimentación equilibrada y no consumir azúcares.
-No consumir alcohol.
-No fumar.
Limpieza de la mascarilla
Pero más allá de la higiene oral, también debe cambiarse o lavarse con frecuencia la mascarilla. Las quirúrgicas, por ejemplo, deben desecharse a las 4 o 6 horas porque de no hacerlo irán acumulando saliva, perdiendo su eficacia e incrementando el mal olor. Si se deterioran y no se realiza el recambio pueden convertirse “más en una vía de contagio que de prevención”.