La ciudad de Puebla se encuentra en plena preparación para la festividad del Día de Muertos, y con ello llega la esperada producción del pan de muerto, una de las tradiciones más queridas en el país. En este contexto, la familia Reyes, conocida por sus tres generaciones dedicadas a la panadería, se alista para comenzar con la venta y distribución de hojaldras, tanto en el ámbito local como internacional.

Rubén Flores Reyes, representante de la segunda generación, es quien dirige la producción, cuidando de cada detalle en la preparación de este icónico pan. Los ingredientes esenciales como la harina, mantequilla, huevo, nuez y leche son meticulosamente seleccionados para asegurar que el resultado sea un pan esponjoso y lleno de sabor. El proceso incluye la amasado, corte, preparación y horneado en un horno de piedra, que según la familia, es lo que da el toque distintivo a su producto.

A partir del 15 al 20 de octubre, la familia Reyes comenzará a recibir pedidos de diferentes partes de México y del extranjero, incluyendo destinos como España, Canadá y Estados Unidos, donde muchos paisanos esperan con ansias disfrutar de las hojaldras en sus ofrendas.

Víctor Hugo Flores, otro miembro de la familia, destacó que el horno de piedra de 5 por 4 metros es clave en el proceso de cocción. Este horno es capaz de albergar hasta 20 charolas, con 15 piezas de pan en cada una, lo que asegura una producción eficiente sin comprometer la calidad.

Además, para el público local, a partir del 27 de octubre, la familia ofrecerá un servicio especial donde las familias podrán participar en la elaboración de una "arroba" (equivalente a 10 kilos de pan de muerto) con sus propias manos. Esta actividad no solo refuerza la tradición, sino que también fomenta la transmisión de este legado cultural y gastronómico a las nuevas generaciones.

Este año, la familia Reyes reafirma su compromiso con la tradición, mientras contribuye a que el sabor del pan de muerto llegue a más rincones del mundo.