¡Síguenos!Mientras en San Lázaro la precocidad desboca aspiraciones, en Puebla el secretario de Gobernación estatal, Julio Miguel Huerta Gómez, anda con sigilo y muestra que teje una estrategia, en la ruta a 2024, que considera insoslayables las reglas internas del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y la lógica de las normas electorales.
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Nada se mira más absurdo que suponer que la carrera está ganada, cuando ni siquiera se han fijado el punto de partida, las reglas y los alcances de la meta. Julio Huerta lo ve.
El político que los últimos años ha andado todos los municipios y comunidades del estado como un operador de eficiencia probada, lanzó hace unos días una severa crítica a quienes buscan vender la idea de que la candidatura a la gubernatura poblana está entregada.
Es un error de los párvulos suponer que es así y dejarse envolver por la saliva abundante de una narrativa artificial, cuando las especificaciones para la elección del próximo año, apenas se definirán en los próximos seis y ocho meses.
No se puede aspirar al triunfo en la interna morenista sin conocimiento del terreno interior.
Los bloques de competitividad todavía no se definen claramente y, tomando en consideración que son nueve gubernaturas las que van a estar en proceso de elección en año electoral, tienen que ser cinco para mujeres y cuatro para hombres.
"Así que aquellos que juegan con la percepción de que yo soy y ya me dijeron, el que está en Palacio Nacional ya me dijo o fulanito ya me dijo es definitivamente mentira, hay que llamarlo por su nombre”, espetó Julio Huerta en una conferencia de prensa en la Sierra Norte.
Por cierto que el titular de Gobernación representa un riesgo enorme para los otros aspirantes aunque no todos han querido verlo.
Conoce todo el territorio poblano.
Y más importante: a él lo conocen en todo el territorio poblano.
Julio Huerta ha caminado en muchas batallas con los líderes de tierra, los y las sociales, y políticos, que son quienes realmente mueven las conciencias y llevan sufragios a las urnas, en este estado.
Aunque, como marca, Morena está muy posicionada y no se duda de su triunfo en muchas plazas y en el refrendo en la presidencia de la República en 2024, la prácticamente definida candidata Claudia Sheinbaum Pardo va a necesitar muchos votos.
Arrasar, para ella y para el régimen, representa gobernabilidad, legitimidad y firmeza.
En Puebla, se va a requerir un candidato potente. No hay espacio para los simuladores.
Julio Huerta ha comenzado a aparecer en segundo lugar en las encuestas.
Cada día la contienda se perfila más de dos; uno pareciera que ya ha sido desinvitado y en soledad sueña con un dedazo.