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Durante una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos dedicada a Afganistán, Michelle Bachelet indicó haber recibido durante las últimas semanas informes desgarradores y creíbles sobre el impacto en los civiles de las violaciones del derecho internacional humanitario, así como de violaciones y abusos de los derechos humanos cometidos por las partes en el conflicto.
Bachelet explicó que muchos de estos abusos ocurren en zonas bajo control efectivo de los talibanes e incluyen ejecuciones sumarias de civiles y de miembros de las fuerzas de seguridad nacionales afganas; restricciones a los derechos de las mujeres -incluido su derecho a circular libremente y el de las niñas a asistir a la escuela-; reclutamiento de niños soldados; y represión de las protestas pacíficas.
Tras los compromisos anunciados por el Talibán de que respetarán el derecho de las mujeres a trabajar y el de las niñas a ir a la escuela, dentro de la interpretación que hacen los talibanes de la ley islámica, o los de los miembros de las minorías étnicas y religiosas, destacó que ahora le corresponde convertir estos compromisos en realidad.
“Al hacerse con el control efectivo de gran parte del país, deben garantizar, en esas zonas, el respeto permanente de los compromisos internacionales en materia de derechos humanos contraídos por el Estado, así como asegurar la prestación continua, e incluso reforzada, de servicios públicos esenciales, sin discriminación, para todos”, alertó.
Añadió que “el derecho internacional de los derechos humanos es inmutable. El disfrute de los derechos humanos no está sujeto a cambios en el control del territorio o de la autoridad de facto”.
La Alta Comisionada delineó “una línea roja básica” en el trato que el Talibán dispense a las mujeres y las niñas y en el respeto de sus derechos a la libertad, la libertad de movimiento, la educación y el empleo.
Posteriormente, el Consejo adoptó una resolución en la que pide que se respeten plenamente los derechos humanos de todas las personas en Afganistán, e insta a la comunidad internacional a seguir comprometida con un Afganistán inclusivo y representativo y con su pueblo mediante vías políticas, humanitarias, de derechos humanos y de desarrollo.