Demasiadas víctimas y familias de los atentados del 11-S siguen esperando justicia 23 años después porque “los sucesivos gobiernos estadounidenses han socavado los intentos por lograr una auténtica rendición de cuentas”, declaró un experto independiente*.

“El legado de entregas ilegales, torturas, condiciones de detención inhumanas, juicios injustos ante comisiones militares irregulares, detenciones arbitrarias y otras violaciones impiden que las víctimas obtengan justicia”, dijo Ben Saul, relator especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo.

El relator sostiene que los funcionarios estadounidenses implicados en graves violaciones del derecho internacional en la “guerra contra el terror”, incluida la tortura, han gozado en gran medida de impunidad durante décadas.

“Esto indica a otros países que la anarquía y los crímenes internacionales son aceptables en la lucha contra el terrorismo. Esta señal se sigue repitiendo en todo el mundo, incluso entre los aliados de Estados Unidos”, sostuvo Saul.

“El doble rasero de Estados Unidos al no aceptar el Estado de derecho internacional erosiona la aplicación de la ley en todas partes y socava la credibilidad y la legitimidad del orden mundial diseñado para proteger a toda la humanidad”, concluyó.