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El equipo del Papa Francisco estuvo conformado por sacerdotes, migrantes, guardias suizos e hijos de trabajadores del Vaticano, que enfrentó a la Organización Mundial del Rom (World Rom Organization).
El árbitro del partido fue Ciro Immobile, figura de la Lazio y delantero de la Selección de Italia, quien se dio lujo de marcar varios penaltis.
El encuentro que se disputó el domingo por la mañana se llevo a cabo en las instalaciones de la Lazio y fue a beneficio de la comunidad gitana. Cada tiempo fue de 30 minutos.
EL PARTIDO
En el primer tiempo el equipo del Papa Francisco se fue abajo en el marcador 1-5 y todo se perfilaba a que fueran goleados, sin embargo, en el complemento se dio el milagro.
La reacción se fue dando poco a poco hasta lograr empatar a seis goles, sin embargo, a diez minutos del final, el equipo de los gitanos marcó el séptimo gol, que parecía el del triunfo.
El partido estaba llegando a su final, pero el equipo del Papa Francisco nunca perdió la fe y en último minuto, como si fue un milagro divino, logró el empate para dejar el 7-7 final.
EL MENSAJE DEL PAPA
Un día antes de que se celebrara el partido, el Papa Francisco recibió en el Vaticano a los ‘futbolistas’ para darles un mensaje.
“No importa quién marcará más goles, porque el gol decisivo lo metéis juntos, el gol que hace vencer a la esperanza y que dará una patada a la exclusión”, señaló.
En el partido estuvieron presentes el cardenal Gianfranco Ravasi, además de Claudio Lotito y Maurizio Sarri, presidente y entrenador de la Lazio, respectivamente.